sábado, 27 de junio de 2009

Socialismo, pura cuestión de supervivencia

John Bellamy Foster: "Como actuemos hoy en respuesta a este sistema fallido es la cuestión más crítica que ha enfrentado nunca la humanidad"

Sobrevivir a la Gran Depresión, una cuestión de fórmulas

La fórmula capitalista que se esconde tras las loas a la "productividad" y a la "innovación" como milagroso elixir contra la crisis y la depresión es simple:
Concentración monopolista + Deslocalización explotadora = Depresión Permanente

La producción sostenible y el empleo digno sólo serán posibles bajo parámetros democráticos, racionales, socialistas y solidarios. La fórmula también es simple: Redistribución + Democracia = Recuperación Sostenible

Se dice una y otra vez que hay que mejorar la competitividad, que la productividad del trabajo no crece suficientemente.

¿Como ser más competitivos? Los empresarios ponen el acento en la reducción de los salarios y los impuestos. Los políticos y los sindicatos en la poca o nula inversión en R + D. La ironía de todos estos remedios es que no sólo no van a tener impacto alguno respecto al colapso financiero internacional (en el cual la economía real juega un papel menor) sino que van a agravar e intensificar la crisis de sobreproducción.

Disminuir las rentas del trabajo deprime la demanda de consumo en un momento en que el 40% o más de la capacidad productiva industrial está parada. El aumento de la productividad del trabajo, sea mediante maquinaria más rápida o maquinaria ahorradora de mano de obra, lanzará mas trabajadores al paro.

Como todos estamos en crisis, el juego que nos proponen es de suma cero: ser más competitivo que el vecino implica traspasarle parte de la crisis con lo cual no va comprar más bienes y servicios por más que aumentemos nuestra productividad hasta lo inconcebible.

En realidad se están confundiendo los síntomas de la enfermedad con las causas. La causa de la crisis es sistémica. Una tendencia al estancamiento del capitalismo en su fase monopolista que se ha intentado superar a base financiarización y especulación hasta que todo ha estallado por los aires. Suministrarle dosis crecientes de morfina al enfermo para que no se percatara de los síntomas hasta que ha ingresado en la UVI entre convulsiones.

Los ricos monopolistas, sencillamente, si no tienen el aliciente de los beneficios, se abstienen de invertir y dejan buena parte de la capacidad instalada fuera de funcionamiento, dedicándose, entre tanto, a husmear en espera de alguna nueva especulación o agiotaje.

Del Blog Cancer Capitalista

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