Texto de la Verdad y foto de J. F. M.
Piden para ellos y sus familias, pero también para sus patronos. Los nueve trabajadores de Española del Zinc (Zinsa) encerrados desde el lunes en la Catedral de Murcia en defensa del traslado de la fábrica a Los Camachos y de los 250 puestos de trabajo siguen recibiendo apoyos y muestras de ánimo de todo el mundo, excepto de sus empleadores.
«No hemos recibido ni una sola llamada de nuestros jefes», reconoció ayer con cierto desencanto Luis Gutiérrez, miembro del comité de empresa y uno de los portavoces de la plantilla.
Los ejecutivos de Zinsa, cuya labor ponen en entredicho trabajadores, administración y sindicatos, son los únicos que no se han interesado por el encierro. En pleno centro de Murcia, bajo las imponentes bóvedas de una de las catedrales barrocas más importantes de España, los trabajadores siguen recibiendo muestras de adhesión y solidaridad.
«Hoy -por ayer- hemos recibido la visita de concejales socialistas del Ayuntamiento de Murcia y el sindicato UGT nos ha enviado la comida. Son muchos los visitantes y gente de Murcia que se interesan por nosotros. Nos preguntan que quiénes somos, qué hacemos aquí....», añadió Gutiérrez.
Sus familias y los compañeros de la ya demolida fábrica de Torreciega también los visitan con frecuencia con el deseo de que el mal momento acabe pronto. El miércoles finaliza el plazo dado por el Gobierno regional a la empresa para que le presente su plan de viabilidad que tanto tiempo lleva anunciando.
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